lunes, 25 de octubre de 2010

No entiendo por qué el tiempo, ahora, se pasa tan despacio. Por qué los minutos se hacen intranquilos y fríos. Las palabras, tentadoras que parpadean sobre mi cama; he dicho que vengas. Juego de dos. Ambiciones recíprocas sumidas en una foto color ámbar... Y mil aventuras, sí. Cómicas escenas en las que, aun estando al abismo de un impulso de felicidad, soy capaz de cruzarme de brazos. Ironías. Frases que marcan el destino. Piezas erróneas que, quizá nunca debieron encajar; pero ven, te sigo esperando, en la misma parada. Juguemos al azar ¿A quién le toca?

sábado, 23 de octubre de 2010

Vamos a bailar con las sombras de las farolas, a deslizarnos entre el vaivén de las copas infinitas. Resguardarnos de la realidad y ponernos el antifaz de fiesta.

Especial mención a Alberto, mi niño, que está llorando en la cama porque no sabe qué ponerse... Amor, estás guapo con todo, te comía.

jueves, 14 de octubre de 2010

Como cuando la lluvia, sin más, hace un repentino ademán de protagonismo y empieza a mojarte el pelo, a desgastarte el color rosa de las botas... Son recuerdos que caen, sin disimulo. Desgana. Rencor por los minutos que robaron y aún guardamos en el desvanecimiento del recuerdo. Necesito tus brazos de alquiler permanente que afrontan nuevos problemas, que besan mi espalda, sí, esa que es capaz de dibujar un laberinto ella misma. Afrontar una noche sin el deseo permanente de tu olor, una taza de chocolate sin imaginarte aquí, conmigo, secando cada lágrima haciendo florecer de ella una libélula que brota de la nada. Eres el mismo granito de arena que ayer quise hacer desaparecer, la misma lluvia que ayer ignoré bajo una nube de paraguas invisibles. Hoy, ya ves, estoy mojada. Cambias el rumbo de las cosas. Eres impredecible.