lunes, 22 de marzo de 2010

Sí, lo intento. Pero, ¿sabes? No es fácil. No. No es fácil ver cómo un muro de sentimientos bloquean tus lágrimas y, no puedes terminar con aquello que te atormenta con una simple sonrisa. Y sí, cierto es que tan sólo me piden eso, pero dime, ¿eso a quién le hace bien? Esa sonrisa no es más que un barato refugio al que suelo acudir. Y estoy cansada. No quiero seguir fingiendo que tengo ganas de divertirme, que quiero recorrer las calles con una visión distinta a la de su cara en mi mente. Porque no es tan fácil. Y así, sentada sobre soledad quiero estar. Perder los zapatos y guardar todo tipo de recuerdos en una maleta roja. Perderme, perderme y no encontrarme nunca más.



No me olvido.