Fugacidades. Una noche que nos dejó con la miel en los labios. Caricias que se convirtieron en la despedida menos esperada. Las arenas del tiempo nos jugaron una mala pasada... y los segundos, de repente, dejaron de pesar. No había tiempo para bañarse en las lágrimas que aún esperaban ansiosas por caer. Paréntesis en el tiempo. Sí. Soy consciente de que no somos más que un presente, pero, ¿es tan difícil cumplir la promesa? Me llamarán loca pero hoy mis labios huelen a tu perfume, sí. Mi espalda tiene los trazos invisibles que pintaste anoche... Y desconozco el tiempo que pasé enredada en un extasis emocional contigo, pero aún no puedo quitarme de la cabeza la paz de tus ojos, el cálido aroma que reflejaba el relajante paseo por las comisuras de tus labios... Rompes mis esquemas. Otra vez.

Quiero oírte llorar y que me parta el corazón, quiero darte un beso sin pensar... Yo quiero sentir miedo cuando me digas adios, yo quiero que me enseñes a jugar... Quiero sentir algo y nosé por dónde empezar, quiero que mi mundo deje de girar, que mis manos tengan fuerza para dar, yo quiero asustarme si no estás... Y nosé ni cómo explicar, que sólo puedo llorar. Que necesito la paz, que se esconde en tus ojos, que se anuncia en tu boca, que te da la razon...

Rompes todos mis esquemas.

Bueno, hoy dedico entrada a la ratita más linda del mundo, porque no. No te abandono.
Llegadas a este punto, donde desconocemos, por completo, el sentido que le queremos dar a la vida, las veces que nos enamoraremos, que caeremos en la tentación del arrepentimiento, que nos reiremos de forma aleatoria y sin sentido... He de admitir que me siento en un círculo vicioso de pequeños detalles que me regalan una sonrisa permanente. Ella es la única estrella caprichosa capaz de soportar mis ataques repentinos MUA vía tuenti (y muy de vez en cuando; sentadas en algún banco) Mi acceso preferido a un sinfin de carcajadas, porque somos tan sencillas y complejas a la vez que sólo nosotras entenderemos porqué nos gusta ser tan liberales y desentendidas de las vívoras atrapasueños, buah! tu ya me entiendes... Tenemos la extraña habilidad de ir siempre en parejas... y eso... nos hace movernos (casi) siempre en el mismo círculo. Por tanto, salvo cuando una de ellas es capturada por la vívora atrapasueños, nos tenemos cerquita. Le encanta hacerme rabiar, pero sabe, que cada cierto tiempo tiene su merecido... Como cuando por mi culpa no pudo ir a Disney... porque una niñita de sonrisa encantadora le metio en la cabeza que Rasputín andaba por allí suelto, ya ves! Qué cosas! En fin... dejando a un lado las pasteladas (que nosotras taaaaaaaaanto adoramos) he de recordarte, otra vez, gracias. Te quiero con locura.

No te voy a negar que me sentí la persona más completa y feliz en ese mismo instante. Que deseé atrapar el tiempo y hacerlo mío. Bailar con las sombras del viento y dedicarte un acorde que nos haga recrear el silencio de la noche por La Laguna. Mentiría si te digo que no adoro la paz de tus brazos, que tus ojos destellan en mi como una estrella y desconecto un poco más del mundo. Me estremece lo efímero que llegas a ser... pero, por ahora, no pongamos los pies en el suelo.

A los 5 años nos preguntaron qué queríamos ser de mayores, y contestábamos cosas como: astronauta, presidente, o en mi caso, princesa. A los 10 volvieron a preguntárnoslo, y dijimos: estrella de rock, vaquero, o en mi caso, cajera de supermercado. Pero ahora que somos mayores, quieren una respuesta seria… A ver qué os parece esta: ¿Quién cuernos lo sabe? No es momento de tomar decisiones rápidas. Es momento de cometer errores, de subirse al tren equivocado y extraviarse, de enamorarse… a menudo. De licenciarse en Filosofía porque es imposible hacer carrera en ella. De cambiar de idea y de volver a cambiar, porque no hay nada permanente. Así que, pídeme tu deseo... y te lo daré. No temeré equivocarme.

Conmigo, nada es fácil, ya debes saber... Independientemente del tiempo que tardes en quitarme tu flor de las manos; no puedes evitarlo, ahora es mi momento y tu flor es mia.