Sigo viva, sí. Entre las telarañas de lo que ayer fuimos que, hoy, no me dejan ver más allá de los recuerdos de un viejo álbum de fotos. Me cuesta dar un paso sin tener que pensar porqué lo estoy haciendo. Replantearme las cosas más de cien veces hasta llegar a aborrecerlas. Me doy asco. Aléjate de mi y déjame el margen que necesito para odiarte, para pedirte que no vuelvas, dedicarme a mi y sólo a mi las mil palabrerías que soy capaz de soltar al día. Pero ya estamos, de vuelta, con ganas de volverme loca, de no evitar la perdición de tus labios y el silencio de tus brazos. Bipolaridad constante. Últimamente no me siento bien ni frente a un enorme tazón de chocolate. Suelo tener la calculdora a mano y multiplicar sin más cada problema... Y, puestos a seguir con quejas incoherentes, te añado a ti a esta pequeña lista. Hoy me haces falta, me hacen falta tus abrazos de papa amoroso.
martes, 18 de enero de 2011
Sigo viva, sí. Entre las telarañas de lo que ayer fuimos que, hoy, no me dejan ver más allá de los recuerdos de un viejo álbum de fotos. Me cuesta dar un paso sin tener que pensar porqué lo estoy haciendo. Replantearme las cosas más de cien veces hasta llegar a aborrecerlas. Me doy asco. Aléjate de mi y déjame el margen que necesito para odiarte, para pedirte que no vuelvas, dedicarme a mi y sólo a mi las mil palabrerías que soy capaz de soltar al día. Pero ya estamos, de vuelta, con ganas de volverme loca, de no evitar la perdición de tus labios y el silencio de tus brazos. Bipolaridad constante. Últimamente no me siento bien ni frente a un enorme tazón de chocolate. Suelo tener la calculdora a mano y multiplicar sin más cada problema... Y, puestos a seguir con quejas incoherentes, te añado a ti a esta pequeña lista. Hoy me haces falta, me hacen falta tus abrazos de papa amoroso.