miércoles, 29 de diciembre de 2010

Me gusta cuando las manecillas del reloj corren, como si de una competición entre ellas se tratara y, de repente, pasa el tiempo. No existe nada más que una conversación que consigue envolverme en un submundo, al borde de lo irracional.
Quiero volver a la perdicion de tu hombro, el susurro alentador de tus labios, que producen adicción. Las ganas de reir y no parar.
Quiero volver a verte.