
Cuando nos encontramos mal, a la mayoría nos gusta meternos en la cama y estar calentitos. En mi caso, me gusta enrollarme en mantas y escuchar aquellas canciones que suelo bailar en las noches más locas, cuando me pongo mis tacones negros y mi corta falda a cuadros. Ojalá los problemas se solucionaran dejando de pensar en ellos durante unos minutos. Ojalá pudiera emborracharme hasta olvidarme de mi propio nombre. Ojalá tantas frases no empezaran por ojalá...